¿Podrás Mantener la Constancia y Aprobar el examen NCLEX? (National Council Licensure Examination) representa uno de los desafíos más importantes para los enfermeros que desean ejercer su profesión en Estados Unidos. Este examen no solo pone a prueba los conocimientos técnicos y clínicos, sino también la fortaleza emocional, la organización y, sobre todo, la perseverancia y la disciplina de quienes lo enfrentan.
Este artículo narra la historia real de Jhon Osorio, un enfermero latino que, a través del esfuerzo constante y una rutina rigurosa de estudio, logró superar este reto y abrirse camino en el sistema de salud estadounidense. Su historia es un ejemplo para todos aquellos que sueñan con ejercer su vocación en el extranjero.

Primeros pasos: del sueño a la acción

Jhon Osorio se graduó de enfermería en 2018 en una universidad pública de Colombia. Desde sus prácticas clínicas ya sentía una fuerte inclinación por la medicina intensiva y el trabajo en equipo. Sin embargo, apenas terminó su carrera, supo que sus oportunidades en Colombia eran limitadas: contratos inestables, turnos extenuantes y salarios que apenas cubrían sus necesidades.

En una charla con un amigo que se encontraba en Estados Unidos, Jhon escuchó por primera vez sobre el NCLEX y lo que implicaba homologar su título. Desde ese momento, su objetivo fue claro: trabajar como enfermero en EE. UU. y construir una vida más estable para él y su familia. Pero sabía que no bastaba con soñar, debía actuar.

La disciplina como motor de avance

Jhon se organizó con un calendario de estudio estricto. Trabajaba medio tiempo como enfermero en una clínica privada y dedicaba al menos cuatro horas diarias al estudio. Usaba recursos como libros especializados, simuladores de preguntas tipo NCLEX, y tomó un curso de preparación con una plataforma online que le ofrecía retroalimentación personalizada.

Además, estableció horarios de sueño regulares, una alimentación saludable y pausas activas para evitar el agotamiento mental. Sabía que rendirse a mitad del proceso significaba empezar de nuevo, y que cada día era una oportunidad para avanzar un poco más.

Momentos de frustración… y cómo superarlos

Hubo semanas en que Jhon sentía que no progresaba. Al resolver simulacros, obtenía resultados bajos. Se comparaba con otros estudiantes y dudaba de su capacidad. Pero en lugar de dejarse vencer, decidió cambiar su enfoque.

Comenzó a registrar sus avances por escrito, por pequeños que fueran. Celebraba cuando comprendía un tema difícil o cuando mejoraba su puntaje aunque fuera en 5 puntos. También se unió a un grupo de estudio virtual con otros enfermeros de América Latina, donde compartían experiencias, recursos y, sobre todo, apoyo emocional.

La perseverancia no era una emoción pasajera: era una decisión diaria.

El día del examen

Después de ocho meses de preparación disciplinada, Jhon sintió que estaba listo. Viajó a Miami para presentar el examen. La noche anterior apenas durmió, pero recordó todas las veces que quiso rendirse y no lo hizo. Respiró profundo y se enfocó en lo que podía controlar: su actitud.

El examen fue desafiante. Al llegar a la pregunta número 75, el sistema se detuvo. Esa era la cantidad mínima, y no podía saber si eso era una buena señal o no.

Los días siguientes fueron una montaña rusa emocional, pero cuando recibió el correo con la noticia de que había aprobado.

Supo que todo el esfuerzo había valido la pena.

Conclusión

La historia de Jhon Osorio es solo una entre cientos de enfermeros que, con perseverancia y disciplina, están transformando sus vidas a través del NCLEX. No se trata solo de aprobar un examen, sino de demostrar que el compromiso con uno mismo puede abrir puertas inimaginables.

Si tú también estás pensando en homologar tu título y trabajar en Estados Unidos, recuerda que no necesitas ser perfecto, solo necesitas ser constante. Porque en el camino al éxito, la perseverancia es tu mejor aliada.